Muy pocos del más de millón de jóvenes que el sábado por la noche se arrodillaron reverentes en Cuatro Vientos junto al Papa Benedicto XVI para adorar al Santísimo Sacramento conocen la historia detrás de la magnífica Custodia toledana que presidió el evento.
La magnífica obra se remonta al deseo de la Reina Isabel la Católica, que quiso que se realizara una custodia con el primer oro que trajera Cristóbal Colón de América; pero fue encargada por el Cardenal Cisneros, tras la muerte de la Reina, al orfebre Enrique de Arfe, quien tardó siete años en elaborarla. La obra fue completada en su estado inicial para la Navidad de 1523.
La custodia es una impresionante torre gótica de 8 kilos de oro y 183 de plata; mide dos metros y medio de altura; está compuesta de 5.600 piezas y 12.500 tornillos; presenta 260 estatuillas.