Tras haber rezado el Ángelus dominical en su residencia de verano en Castelgandolfo, el Papa Benedicto XVI hizo un llamado a favor de los 22 ciudadanos surcoreanos que aún se encuentran secuestrados por milicianos talibanes en Afganistán y pidió poner fin a todo tipo de secuestro.
“Se difunde entre los grupos armados la praxis de instrumentalizar a personas inocentes para conseguir ciertos fines”, dijo el Papa. “Se trata de graves violaciones de la dignidad humana que contrastan con toda norma elemental de civilización y de derecho y ofenden gravemente la ley divina”.
El Pontífice concluyó dirigiéndose a “los autores de tales actos criminales” para que “desistan del mal realizado y restituyan con bien a sus víctimas”.