La Britannica señala, además, que en 1649 el Parlamento ordenó que esta joya se rompiera y, aparentemente, con sus fragmentos se elaboró una nueva corona.
Para la web oficial Royal Collection Trust (RCT) la corona medieval, que se creía que había pertenecido a San Eduardo, fue en realidad fundida en 1649. La nueva corona de reemplazo se mandó a hacer para la coronación de Carlos II (1661). De la original sólo se tomó la forma de cuatro cruces, cuatro flores de lis y dos arcos.
Es preciso mencionar que la nueva "corona de San Eduardo" se usa exclusivamente para el momento de la coronación de los monarcas. Existe otra corona que se ciñe el rey en otro momento de esta ceremonia y que sí contendría una particular reliquia del santo.
La reliquia "devuelta" por San Juan Evangelista