Esta mañana el Papa Benedicto XVI visitó la parroquia romana de Santa Felicidad e hijos mártires y celebró la Santa Misa, recordando en su homilía que el verdadero enemigo del hombre es el pecado que puede llevarnos al fracaso de nuestra existencia.
“Es verdad que Dios es justicia, pero no podemos olvidar que sobre todo es amor: odia el pecado porque ama infinitamente a cada persona. Ama a cada uno de nosotros y su fidelidad es tan profunda al punto de no dejarse desalentar por nuestro rechazo”, dijo el Papa los fieles presentes.
El Pontífice reflexionó sobre el Evangelio de la Misa de hoy, resaltando que “el objetivo de Cristo es salvar un alma y revelar que la salvación se encuentra solo en el amor de Dios”, que Jesús “ha venido para decirnos que nos quiere a todos en el Paraíso y que el infierno, del que se habla tan poco en nuestro tiempo, existe y es eterno para cuantos cierran su corazón a su amor”.