Tarragona acogerá el próximo 13 de octubre la beatificación de 522 mártires que murieron por odio a la fe en España durante los años 1936-1939, uno de ellos es el P. Josep Guardiet Pujol, sacerdote diocesano conocido como el "párroco de la sonrisa", según afirma la postuladora de su causa de beatificación,Maria Pilar Adín, a la agencia SIC.

El P. Josep Guardiet Pujol fue martirizado el 3 de agosto de 1936 en la carretera de la Rabassada, en Sant Cugat del Vallès, en la provincia de Barcelona -que actualmente pertenece a la diócesis de Terrassa-. Su postuladora Maria Pilar Adín cuenta que aunque el proceso se abrió en febrero de 1959 la investigación se paralizó, tal y como ocurrió en la gran mayoría de los causas de los mártires que murieron durante la persecución religiosa. Sin embargo, en 1989 la Santa Sede dio el visto bueno para que el proceso continuara, lo que sucedió en 1992.

La sesión de clausura del proceso diocesano fue el martes 5 de julio de 1994, en la Parroquia de Sant Pere de Rubí, donde el sacerdote fue párroco. Presidió la ceremonia el entonces Arzobispo de Barcelona, Mons. Ricard Maria Carles. Después pasó a la Congregación para las Causas de los Santos. En el Vaticano estuvo desde 1999 hasta el 2013, cuando se le dio la aprobación definitiva al decreto de martirio, el pasado 5 de julio de 2013.

"Josep Guardiet Pujol fue un párroco ejemplar durante toda su vida. Y también en el momento del martirio. Esto no se improvisa", explica la postuladora. Cuenta que "murió perdonando a los que lo mataron, intercediendo para que no fusilaran a otros dos laicos de Rubí que murieron con él. Es un ejemplo de serenidad y amor a Cristo y a sus feligreses. Ya antes de ser párroco de Rubí, había manifestado de manera premonitoria: 'Rubí, Rubí, quién pudiera vivir en tu pueblo y dar por ti la sangre. Yo siento este deseo apostólico'".

Por ello, afirmó, es un ejemplo de perdón y sobre todo de testimonio del Evangelio hasta entregar la propia vida. Fue un sacerdote comprometido con su tiempo especialmente desde el mundo de la cultura ya que colaboró especialmente en la fundación de diversas iniciativas, desde escuelas nocturnas para chicas hasta semanarios, o en la federación de jóvenes cristianos de Cataluña.

Todavía se recuerda al P. Josep Guardiet Pujol como el"'párroco de la sonrisa". "Tenía una sonrisa serena, confiada; y como 'padre de los pobres', no tenía nada propio, todo lo daba a aquellos más necesitados de la población", afirmó.