El Papa Benedicto XVI visitó esta mañana a los presos de la cárcel de Rebibbia en Roma, a quienes llevó consuelo y esperanza. A ellos los alentó a rezarle al Niño Jesús ahora en Navidad para pedirle la gracia de "ser todos liberados de la prisión del pecado, la soberbia y el orgullo".
En la iglesia llamada Padre Nuestro dentro del complejo carcelario, el Santo Padre dirigió un discurso a los presos y a las fuerzas del orden presentes, a quienes aseguró que "estoy cerca de cada uno de vosotros, de vuestras familias, de vuestros niños, de vuestros jóvenes, de vuestros ancianos, y os llevo en el corazón ante el Dios".
Durante el encuentro el Papa escuchó a algunos presos y contestó a sus preguntas. A ellos les dijo que "querría en efecto poder ponerme a escuchar la historia personal de cada uno de vosotros, pero no me es posible; sin embargo he venido a deciros sencillamente que Dios os ama con un amor infinito".