25 de marzo de 2017 / 09:02 AM
Una de las etapas más importantes de la visita del Papa Francisco a Milán ha sido su visita a la cárcel de San Vittore, donde habló con algunos presos, almorzó con otros tantos y después reposó durante unos 30 minutos en una habitación del recinto.
Después de rezar el ángelus, acompañado del Arzobispo de Milán, Cardenal Scola, se trasladó hasta la prisión. A su llegada fue acogido por empleados de la misma, así como por el capellán, P. Marco Recalcati.
En la entrada, el Papa saludó al personal y a la dirección de la cárcel, así como a la policía penitenciaria. Después, en varias zonas de la cárcel, Francisco saludó a los detenidos, con algunos de los que compartió el almuerzo luego.