Al recibir a los participantes en la 12º Conferencia de Hermandad Católica de las Comunidades y Asociaciones de la Renovación Carismática, del Papa Benedicto XVI destacó el valor para la Iglesia de los movimientos y nuevas comunidades, y alentó a los obispos a seguirlas acogiendo.
"Como he afirmado en otras ocasiones -dijo el Papa- los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades, florecidos después del Concilio Vaticano II, constituyen un don singular del Señor y un recurso inapreciable para la vida de la Iglesia. Hay que acogerlos con confianza y valorizarlos en sus diversas aportaciones para que sean de utilidad para todos de forma ordenada y fecunda".
Refiriéndose después a uno de los temas de reflexión de la conferencia, "Los carismas en la vida de la Iglesia particular", el Santo Padre afirmó que "lo que narra el Nuevo Testamento sobre los carismas, que aparecieron como signos visibles de la venida del Espíritu Santo, no es un acontecimiento histórico del pasado, sino realidad siempre viva: es el mismo Espíritu divino, alma de la Iglesia el que actúa en ella en todas las épocas y estas obras suyas, misteriosas e eficaces, se manifiestan en nuestro tiempo de forma providencial".