Por otro lado, explicó que a los obispos del país los ha "animado en su generoso trabajo por las familias, por los pobres, por la educación, por el diálogo y la paz social".
"En Daca vivimos un momento fuerte de diálogo interreligioso y ecuménico con el que he podido subrayar la importancia de la apertura del corazón como base de la cultura del encuentro, de la armonía y de la paz".
También habló de su visita a la Casa Madre Teresa de las Misioneras de la Caridad, "donde la Santa se alojaba cuando se encontraba en la ciudad y acogía a muchísimos huérfanos y personas con discapacidad. Allí, según su carisma, las hermanas viven cada día la oración de adoración y el servicio a Cristo pobre y sufriente".
Por último, el encuentro con jóvenes "rico de testimonios, cantos y danzas". "Una fiesta que ha manifestado la alegría del Evangelio acogido por esa cultura; una alegría fecundada por los sacrificios de tantos misioneros, de tantos catequista y padres cristianos".