Quien pronuncia palabras cristianas sin Cristo, o sea sin ponerlas en práctica, se hace mal a sí mismo y a los otros, porque está vencido por el orgullo, y causa división también en la Iglesia, señaló esta mañana el Papa Francisco en la Misa en la Capilla de la Casa de Santa Marta.
El Santo Padre dijo que "un escritor inglés, una vez, hablando de las herejías decía que una herejía es una verdad, una palabra, una verdad, que se ha convertido en una locura. Cuando las palabras cristianas son palabras sin Cristo comienzan a recorrer el camino de la locura".
"Una palabra cristiana sin Cristo te conduce a la vanidad, a la seguridad de ti mismo, al orgullo, al poder por el poder. Y el Señor derriba a estas personas. Esta es una constante en la historia de la Salvación. Lo dice Ana, la mamá de Samuel; lo dice María en el Magnificat: el Señor derriba la vanidad, el orgullo de aquellas personas que se creen ser de roca".