Al presidir el Ángelus de este domingo, el Papa Benedicto XVI alentó a los fieles a ser santos como Dios, amando a todos incluso a los enemigos y a quienes los persiguen, porque esa es la voluntad del Señor.
"¿Pero quién podría llegar a ser perfecto? Nuestra perfección está en vivir con humildad como hijos de Dios cumpliendo concretamente su voluntad".
El Papa se refirió luego a la exhortación que hace Jesús en el Evangelio de "amar a los enemigos y rezar por quienes os persiguen" y señaló que "quien acoge al Señor en la propia vida y lo ama con todo el corazón es capaz de un nuevo inicio. Logra cumplir la voluntad de Dios y realizar una nueva forma de existencia animada por el amor y destinada a la eternidad".