En su discurso de despedida en el aeropuerto internacional de Barcelona, el Papa Benedicto XVI agradeció la hospitalidad del pueblo español en su paso por Santiago de Compostela y Barcelona, y recordó que la fe enraizada en España, ayuda a construir una sociedad más digna del hombre.
El Papa agradeció “las continuas y delicadas atenciones que han tenido en estos días con el Papa, y que ponen de relieve el carácter hospitalario y acogedor de las gentes de estas tierras, tan cercanas a mi corazón”.
Tras recordar que en Compostela se unió a los peregrinos “que llegan a la tumba del Apóstol para fortalecer su fe y recibir el perdón y la paz”, el Papa agregó que “como Sucesor de Pedro, he venido además para confirmar a mis hermanos en la fe. Esa fe que en los albores del cristianismo llegó a estas tierras y se enraizó tan profundamente que ha ido forjando el espíritu, las costumbres, el arte y la idiosincrasia de sus gentes”.