Al despedirse de su tierra natal, Alemania, en donde estuvo durante cuatro días, el Papa Benedicto XVI manifestó su confianza en el futuro del cristianismo en su patria y recordó que donde está Dios hay futuro y esperanza.
Tras agradecer a los obispos de las diócesis que visitó, al Presidente federal Wullff, el Santo Padre dio gracias también "por los días pasados en mi patria, tan conmovedores y ricos de acontecimientos". "Doy las gracias a todos por estos días espléndidos, por tantos encuentros personales y por las incontables muestras de atención y afecto con que me han colmado".
El Papa hizo luego un recuento de algunos de los eventos en los que participó como los encuentros con las autoridades civiles, con los evangélicos, con las comunidades judía y musulmana, entre otros.