Cerca del final de la Misa que celebró ayer en el Cementerio Monumental del Verano, en Roma, con ocasión de la Fiesta de Todos los Santos, el Papa Francisco rezó de forma especial por las víctimas y sobrevivientes de las distintas tragedias que envuelven a los migrantes en el mundo.

De forma particular, el Santo Padre recordó a las víctimas de Lampedusa y al centenar de prófugos víctimas de sed y hambre encontrados el 28 de octubre en el desierto de Níger, en África, entre los que más de  la mitad eran niños.

"Quisiera rezar también en particular por estos hermanos y hermanas nuestros que en estos días han muerto mientras buscaban una liberación, una vida más digna".

El Santo Padre señaló que "hemos visto las fotos, la crueldad del desierto, hemos visto el mar donde tantos se han ahogado. Recemos por ellos".

"Y recemos también por los que se han salvado y en estos momentos están en tantos lugares de acogida, amontonados, esperando que los trámites legales se aceleren, para poder ir a otro lugar, estar más cómodos, en otros centros de acogida", dijo.