En la Audiencia General de hoy celebrada en el Aula Pablo VI, con la que dio fin a las catequesis sobre San Pablo, el Papa Benedicto XVI destacó que "la figura de Pablo va más allá de su vida terrena y de su muerte porque nos ha dejado una extraordinaria herencia espiritual".
Tras explicar que "muy pronto sus cartas entran en la liturgia donde la estructura, profeta, apóstol, evangelio es decisiva para la forma de la liturgia de la Palabra", el Papa resaltó que "con esta presencia el Apóstol se hace alimento espiritual para los fieles de todos los tiempos".
Su martirio, explicó Benedicto XVI, "se narra por primera vez en los 'Hechos de Pablo', escritos hacia el final del siglo II. Refieren que Nerón lo condenó a la decapitación inmediata. La fecha de la muerte varía en las fuentes antiguas que la colocan entre la persecución desencadenada por Nerón después del incendio de Roma en julio del 64 y el último año de su reino, el 68". La tradición narra que la decapitación tuvo lugar en el lugar conocido como "Tre Fontane" en Roma y que fue sepultado en la Via Ostiense donde hoy se encuentra la basílica de San Pablo Extramuros erigida sobre su tumba.