Los cristianos del Líbano, Siria, Irak y Jordania y Ucrania fueron los focos de atención del discurso que el Papa Francisco ofreció a los participantes en la plenaria de la Reunión de las Obras para la Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO). En él, el Santo Padre recordó a los cristianos perseguidos y a los conflictos que se viven en cada uno de estos países.
"Agradezco a todos ustedes el celo que tienen por llevar adelante la misión confiada y la atención a las necesidades de nuestros hermanos de Oriente", dijo el Papa.
Francisco aludió a las labores de restauración del Santo Sepulcro y de Belén, hecho que aprovechó para decir que "también el rostro de nuestras comunidades eclesiales puede ser cubierto por 'suciedad' debido a diversos problemas y pecados".