El Papa Francisco recibió en audiencia a la comunidad del Pontificio Colegio Maronita de Roma y animó a los sacerdotes de esta Iglesia oriental, en comunión con Roma, a ofrecer consuelo a los cristianos afectados por las guerras en Oriente Medio.
El Santo Padre les felicitó por hacer memoria de sus raíces, con motivo del décimo aniversario de la aprobación del nuevo estatuto del Colegio, de San Marón, fundador de la Iglesia Maronita, y, con él, del monaquismo, "esa forma de vida que no se contenta con una fe moderada y discreta, sino que tiene la necesidad de ir donde los demás para amar con todo el corazón".
Destacó que "vivís pobres a los ojos del mundo, pero preciosos para Dios y para los demás. A partir de esa fuente, también vuestro ministerio será agua buena para los sedientos de hoy".