Al grito de "¡Benedicto hermano! ¡Eres mexicano!", en una breve ceremonia el Papa Benedicto XVI recibió la llave de la ciudad de Guanajuato en la glorieta de Santa Fe, ante miles de fieles que esperaron por más de diez horas su llegada.
El Pontífice llegó a bordo de un vehículo cerrado y recibió el saludo de los mexicanos que no dejaron de corear vivas, porras al ritmo de la música de las bandas y estudiantinas.
El Papa recibió la llave de manos del alcalde de Guanajuato, Édgar Castro Cerrillo. La llave fue elaborada en níquel y contiene la imagen de la Virgen de Guadalupe incrustada en la manija.