Decenas de miles de jóvenes franceses se encontraron con el Papa Benedicto XVI en el atrio de la Catedral de Notre Dame para saludarlo en su primera visita a Francia. El Papa los llamó a seguir a Cristo y abrazar su cruz en respuesta "a la seducción que ofrecen pseudo sabidurías religiosas o filosóficas, la superficialidad de la fe y la moral disoluta".
Minutos antes, el Pontífice presidió el rezo de las Vísperas solemnes en el interior del templo, acompañado por sacerdotes, religiosos y seminaristas franceses.
En su saludo a los jóvenes, recordó la reciente Jornada Mundial de la Juventud de Sydney, y alentó a los jóvenes a "dar testimonio de Dios" y tener una vida de intensa oración.