En el contexto cultural actual marcado por la indiferencia religiosa y el ofuscamiento de lo trascendental, es necesario "reafirmar el carácter sacro del día del Señor y la necesidad de participar en la Misa dominical", pide el Papa Benedicto XVI en un mensaje dirigido al Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, Cardenal Francis Arinze, con motivo de la jornada de estudio que ese dicasterio dedica hoy al tema: "La misa dominical para la santificación del pueblo cristiano".
En el texto fechado el 27 de noviembre y publicado hoy, el Santo Padre escribe que “el domingo sigue siendo el fundamento germinal y, al mismo tiempo, el núcleo primordial del año litúrgico, un fragmento del tiempo empapado de eternidad, porque su alba vio al Crucificado resucitado entrar victorioso en la vida eterna".
"Para los primeros cristianos, la participación en las celebraciones dominicales constituía la expresión natural de su pertenencia a Cristo, de la comunión con su Cuerpo místico, en la gozosa espera de su regreso glorioso".