El Papa Benedicto XVI alentó a los fieles a rezar por las vocaciones y confiar en Dios así como en la respuesta humana ante los "obstáculos acompañan el camino de la Iglesia" y la preocupante escasez de presbíteros en algunos lugares del mundo.
En su mensaje para la 46º Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que este año se celebra el 3 de mayo, cuarto Domingo de Pascua, el Papa asegura que "la vocación al sacerdocio y a la vida consagrada constituye un especial don divino, que se sitúa en el amplio proyecto de amor y de salvación que Dios tiene para cada ser humano y para toda la humanidad".
Al meditar sobre el tema de esta Jornada, "la confianza en la iniciativa de Dios y la respuesta humana", el Santo Padre da gracias a Dios por la "gran multitud de presbíteros y de personas consagradas, a lo largo de los siglos, se ha entregado completamente en la Iglesia al servicio del Evangelio".