En su Mensaje remitido ayer para la reunión del Congreso que entre ayer y hoy reúne a los ecónomos y ecónomas generales de más de 500 institutos de vida consagrada de todo el mundo en Roma, el Papa Francisco les exhortó a administrar los bienes con prudencia y transparencia.

El encuentro está titulado "La gestión de los bienes eclesiásticos de los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica al servicio del humanum y de la misión de la Iglesia", y se realiza en la sede de la Pontificia Universidad Antonianum de Roma.

El Santo Padre señaló que "no sirve una pobreza teórica, sino la pobreza que se aprende tocando la carne de Cristo pobre, en los humildes, en los pobres, en los enfermos y en los niños".

"Es necesario vigilar atentamente a fin de que los bienes de los Institutos sean administrados con prudencia y transparencia", dijo, pidiendo que sean "tutelados y preservados, conjugando la prioritaria dimensión carismático-espiritual con la dimensión económica y la eficiencia".

Esto sigue una tradición, señaló, que "no tolera derroches y que está atenta a la buena utilización de los recursos".

"Sean aún hoy, para la Iglesia y para el mundo, las avanzadas de la atención a todos los pobres y a todas las miserias, materiales, morales y espirituales, como superación de todo egoísmo siguiendo la lógica del Evangelio".

El Papa les pidió a los institutos religiosos una "pobreza amorosa", que "es solidaridad, participación y caridad" y que se expresa "en la sobriedad, en la búsqueda de la justicia y en la alegría de lo esencial".

"Siempre es útil poner advertir acerca de los ídolos materiales que ofuscan el sentido auténtico de la vida", destacó.

El Santo Padre invitó "a los Institutos de Vida Consagrada y a las Sociedades de Vida Apostólica que pueden y deben ser sujetos protagonistas y activos en vivir y testimoniar que el principio de gratuidad y la lógica del don encuentran su lugar en la actividad económica".