El Papa Francisco propuso poner la red mundial de universidades eclesiásticas al servicio de un "diálogo auténtico capaz de extinguir el odio, de abandonar egoísmos y referencias a sí mismos, de superar los deseos de poder y de abrumar a los más débiles y a los últimos".
Según explicó el Pontífice en una carta que envió al Gran Canciller de la Pontificia Universidad Lateranense de Roma, Cardenal Angelo De Donatis, esa propuesta "no significa alterar el sentido institucional y las tradiciones consolidadas de nuestras realidades académicas, sino más bien orientar su función en la perspectiva de una Iglesia más marcadamente 'en salida' y misionera".
El Santo Padre explicó que "la Iglesia, a la luz del Evangelio, se siente llamada a inspirar y apoyar cada iniciativa que asegure a los diferentes pueblos y países un camino de paz".