Durante la audiencia con el embajador de Croacia ante la Santa Sede, Sr. Emilio Marin, el Papa Juan Pablo II se refirió al patrimonio religioso de Croacia como el fundamento para construir la historia y aportar de los pueblos europeos, al tiempo que manifestó la disponibilidad de la Iglesia en el proyecto del bienestar de la sociedad croata.
Haciendo referencia a sus viajes apostólicos a estas tierras habló de “los signos de un cristianismo encarnado en la vida de las personas”.
Agregó que “los creyentes saben que la paz no es solo fruto de planificaciones y de iniciativas humanas, sino sobretodo don de Dios a los hombres de buena voluntad. De esta paz, la justicia y el perdón representan pilares fundamentales. La justicia asegura un pleno respeto de los derechos y de los deberes, y el perdón cura y reconstruye desde sus fundamentos las relaciones entre las personas, que aún experimentan las consecuencias de los encuentros con las ideologías del reciente pasado.”