El 10 de septiembre el Papa Francisco invitó el a las instituciones religiosas de la Iglesia a convertir los conventos vacíos en centros de acogida organizados para dar refugio a las personas más necesitadas y devolver al mundo el sentido de la solidaridad.
"Queridos religiosos y religiosas, los conventos vacíos no le sirven a la Iglesia para transformarlos en hoteles y ganar dinero. Los conventos vacíos no son nuestros, son para la carne de Cristo, que son los refugiados", dijo el Papa.
"El Señor nos llamó a vivir con generosidad y valentía la acogida en los conventos vacíos", exhortó el Papa Francisco durante su visita al Centro Astalli de Roma, el centro del Servicio Jesuita para Refugiados donde fue recibido por 400 refugiados.