El mayordomo recordó decenas de escapadas en las que ayudó al Pontífice a salir del Vaticano para disfrutar de la ciudad de Roma. De todos los momentos que pasó junto a Roncalli, Gusso recuerda con especial cariño uno, cuando todavía siendo el Patriarca de Venecia, se armó de valor para pedirle un aumento de sueldo y poder casarse con su novia. Roncalli le respondió que no debía preocuparse por el dinero.
"Para envalentonarme me tomé una grappa –un licor típico italiano-, y le dije, eminencia, con esta paga no puedo casarme con mi novia". "Entonces el Papa me habló del Evangelio según San Mateo, que dice: '¿Ves las aves del cielo? No se preocupan por el día de mañana, no siembran, ni ahorran, y ninguna pasa hambre'. Tú no tienes que pensar en eso".
"Ese Evangelio me cambió la vida, confié en Dios y después el cardenal fue nombrado Papa". Para no olvidarse de este consejo, Gusso escribió con letra grande el Evangelio de San Mateo, Capítulo 6, Versículo del 24-34, y lo enmarcó en un gran cuadro. "Lo tengo puesto a la entrada de mi casa. Y cada día cuando entro y cuando salgo, lo leo, y me acuerdo de aquél día", concluyó.