Ante miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro a pesar de la lluvia y el frío, el Papa Benedicto XVI invitó duante el rezo del Ángelus a la escucha religiosa y a disponer mente y corazón para que la Sagrada Escritura pueda irrigar la vida concreta.
Especial mención dedicó el Santo Padre a la “difusión de la antigua práctica de la lectio divina”, que consiste en “permanecer largamente en un texto bíblico, leyéndolo y releyéndolo, casi ‘rumiándolo’ como dicen los Padres, y exprimiendo todo el jugo, para que nutra la meditación y la contemplación y alcance a irrigar como linfa la vida concreta”.
“Condición de la lectio divina es que la mente y el corazón estén iluminados por el Espíritu Santo, es decir por el mismo Inspirador de las Escrituras, y se dispongan por ello en actitud de ‘escucha religiosa’”, agregó.