El Papa Juan Pablo II inauguró los días más intensos de la Semana Santa con la Misa Crismal, celebrada a las 9:30 a.m. en la Basílica de San Pedro junto a cardenales, obispos y cientos de sacerdotes diocesanos y religiosos presentes en Roma.
“El ‘hoy’ del Evangelio se renueva, de manera singular, en esta Misa crismal, que representa un verdadero y real preludio al Triduo Pascual”, dijo el Papa; quien explicó que “si la Misa in Cena Domini (del Jueves Santo por la tarde) subraya el misterio de la Eucaristía y la entrega del nuevo mandamiento del amor, ésta que estamos celebrando, llamada Misa del Crisma, subraya el don del sacerdocio ministerial”.
“¿Cómo no regresar –se preguntó el Pontífice- con el pensamiento cargado de emoción, al entusiasmo del primer ‘sí’, pronunciado el día de la ordenación presbiteral?