13 de abril de 2016 / 10:02 AM
La Plaza de San Pedro acogió una nueva Audiencia General a la que asistieron miles de fieles y en la que el Papa Francisco aseguró que "la Iglesia no es una comunidad de perfectos" y advirtió del muro que se levanta como fruto de la soberbia y el orgullo, puesto que "impiden la relación con Dios".
El Santo Padre dedicó la catequesis general de este día a la necesidad de que todo cristiano se sienta pecador puesto que "la vida cristiana es escuela de humildad que se abre a la gracia".
Francisco habló del apóstol San Mateo, quien antes de que Jesús le eligiera trabajaba como recaudador de impuestos. "Jesús lo llama a seguirlo y a convertirse en su discípulo. Mateo acepta, y lo invita a cena en su casa junto a los discípulos".