El presidente de Hungría, Janos Ader, entregó al Papa Francisco un documento en nombre de la Conferencia Episcopal de Hungría, de la diócesis de Szombathely y del gobierno de la República, en el que se renueva la invitación al Pontífice a visitar el país.

El jefe del Estado húngaro dijo que el Papa "aceptó con gusto la invitación", según informó el padre Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede, pero comentó que "ahora sería demasiado pronto para hablar del tiempo exacto de su visita".

El Padre Lombardi indicó que aún no se tiene un proyecto concreto de la agenda del Papa para 2016, el momento más previsible para la visita apostólica. En ese año se celebrarán los 1700 años del nacimiento en Sabaria, actual Szombathely, de San Martín de Tours, obispo de la ciudad francesa de Tours, "primer santo de la Iglesia del centro de Europa".

San Martín de Tours, cuya conmemoración litúrgica es el 11 de noviembre, es el patrono principal de la ciudad y de la arquidiócesis de Buenos Aires, de la que fue hasta hace pocos meses arzobispo el Papa Francisco.

San Martín de Tours nació el año 316 en una familia de tradición militar. Sirviendo en la guardia imperial romana en las Galias (hoy Francia), la tradición afirma que un día obsequió la mitad de su capa a un mendigo que padecía frío en Amiens. Tras su acto de misericordia, Jesucristo mismo se le apareció vistiendo la pieza de tela y le agradeció su obsequio.

A causa de esta experiencia, Martín pidió el Bautismo, dejó las armas y se retiró a la vida monástica en un cenobio fundado por él mismo en Ligugé, bajo la dirección de san Hilario de Poitiers durante diez años. En este tiempo se empezó a extender su fama de santidad y los relatos de milagros ocurridos gracias a sus oraciones.

En el año 370 fue ordenado Obispo de Tours contra su voluntad, ya que había sido invitado a la ciudad con la excusa de visitar a un enfermo grave. Al hallarse en la catedral el pueblo lo aclamó como Obispo y no aceptó las razones de Martín, quien se consideraba indigno de esta responsabilidad. Una vez en la sede episcopal, fundó otro monasterio y recorrió toda la diócesis, dejando un sacerdote en cada pueblo, convirtiéndose así en el fundador de las parroquias rurales en Francia.

En los 27 años de su ministerio en la diócesis, el obispo Martín fue distinguido por su buen trato y extraordinaria caridad, que sólo generó enemigos entre quienes deseaban llevar una vida de vicios. Gracias a una revelación tuvo conocimiento de la cercanía de su muerte y, ya enfermo, quiso atender a la súplica de sus súbditos con una petición a Dios: "Señor, si en algo puedo ser útil todavía, no rehuso ni rechazo cualquier trabajo y ocupación que me quieras mandar". Sin embargo, murió en Candes, población de Francia, según se le había revelado el año 397.

La media capa del milagro que ocasionó su conversión fue conservada como reliquia y ampliamente venerada. El relicario donde se guardaba por parte de los reyes francos fue llamado "capilla" (media capa) y este nombre pasó a describir los oratorios y pequeños templos.