Por ello, Francisco señaló que "mientras pedimos, abrimos la mano para recibir. Recibir los dones que el Padre nos ha hecho ver en el Hijo. La oración que nos ha enseñado el Señor es la síntesis de toda oración, y nosotros la dirigimos al Padre siempre en comunión con los hermanos", dijo.
Asimismo, el Papa reconoció que "a veces sucede que en la oración hay distracciones, pero tantas veces sentimos el deseo de detenernos en la primera palabra: 'Padre' y sentir aquella paternidad en el corazón".
Después, el Pontífice añadió que "Jesús relata la parábola del amigo inoportuno" en la que Jesús dice: es necesario insistir en la oración". Por eso, confió que a él le viene a la mente el período en que los niños -alrededor de los tres años, tres años y medio- comienzan a preguntar sobre las cosas que no entienden".
"En mi tierra se llama 'la edad del por qué', creo que también aquí sea lo mismo. Los niños comienzan a mirar al papá y dicen: 'Papá, ¿Por qué?, Papa ¿Por qué?' Piden explicaciones", por lo que el Santo Padre animó a estar atentos.