22 de junio de 2015 / 10:07 PM
El domingo por la tarde, el Papa Francisco se desplazó hasta la Pequeña Casa de la Divina Providencia fundada hace dos siglos por San José Benito Cottolengo, para mostrar su cercanía y conversar con los pobres y enfermos que están allí.
En las palabras que les dirigió, volvió a abordar la "cultura del descarte" y aseguró que esta se ha difundido "a pesar de los grandes progresos en la medicina y en la asistencia social" y "como consecuencia de una crisis antropológica que no pone en el centro al hombre, sino el consumo y los intereses económicos".
A su vez, denunció esta mentalidad "que no hace bien a la sociedad" y pidió desarrollar "anticuerpos" contra este modo de considerar sobre todo a los ancianos o discapacitados, "como si fuesen vidas no dignas de ser vividas" lo que es "un pecado social grave".