Las autoridades se han acercado hasta el lugar en el que ha permanecido el Papa sentado durante la ceremonia para tributarle sus respetos.
Ya en el interior del Palacio, el Papa Francisco ha mantenido un encuentro privado con la presidenta de la República, Katalin Novák, que lo ha invitado a firmar en el Libro de Honor dirigiéndose a él con palabras en español. Las autoridades magiares han ofrecido al Pontífice un sillón y una mesa para que pudiera dejar por escrito su mensaje al pueblo húngaro.
"Vengo como peregrino y amigo a Hungría, un país rico en historia y cultura. Desde Budapest, la ciudad de los puentes y los santos, pienso en toda Europa y rezo para que, unida y solidaria, sea también en nuestros días una casa de paz y una profecía de acogida", ha escrito el Papa.
Siempre dirigiéndose en español al Pontífice, la presidenta Novak le ha presentado algunos regalos, entre los que ha destacado un ejemplar de la Constitución Húngara del año 2011, en la que se contienen "valores fundamentales como la familia o el valor de la vida [humana]". El Papa Francisco, también en la lengua de Cervantes, ha respondido: "Una linda carta de identidad".