18 de diciembre de 2013 / 12:40 PM
Desde ayer, la Iglesia Católica cuenta con un nuevo santo: San Pedro Fabro, el primer compañero de San Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas. Al recibir el 17 de diciembre por la tarde al Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Cardenal Angelo Amato, el Papa Francisco inscribió al beato jesuita en el Libro de los Santos.
El pasado mes de agosto, en una entrevista con el director de la revista jesuita Civiltà Cattolica, Padre Antonio Spadaro, el Papa Francisco afirmó que Pedro Fabro es una fuente de inspiración para su Pontificado.
Según explicó el P. Spadaro a Radio Vaticana, el Pontífice admira especialmente a Pedro Fabro por el "diálogo con todos, incluso los alejados y los contrarios. Su piedad popular, sencillez, ingenuidad –el Papa mismo, se ha definido a sí mismo como un poco ingenuo pero astuto a la vez–, su disponibilidad inmediata. Pero dos cosas que considero verdaderamente fundamentales son su actitud de discernimiento y de ser un hombre de decisiones grandes y fuertes, siendo al mismo tiempo muy, muy dulce".