El diario italiano La Repubblica publicó este miércoles una larga carta escrita por el Papa Francisco en las que responde a algunas dudas sobre la fe planteadas durante este verano por Eugenio Scalfari, un famoso periodista conocido por su posición anti clerical.

En dos artículos publicados el 7 de julio y el 7 de agosto pasados, Scalfari fundador de La Repubblica, plantea preguntas al Pontífice sobre la Encíclica Lumen Fidei (La luz de la fe).

"Le agradezco ante todo por la atención con la que ha querido leer la Encíclica Lumen Fidei. Esta, en efecto, en la intención de mi amado predecesor, Benedicto XVI, que la concibió y en larga medida redactó, y de la cual, con gratitud, heredé, está dirigida no solo a confirmar en la fe a Jesucristo a quienes la profesan, sino también suscitar un diálogo sincero y riguroso con quienes, como usted, se definen 'como un no creyente impresionado e interesado desde hace años en la predicación de Jesús de Nazaret'", escribe el Papa en su carta, publicada el 11 de septiembre con el título –establecido por el diario- "La verdad nunca es absoluta".

"La fe para mí –continuó Francisco-, nació del encuentro con Jesús. Un encuentro personal, que tocó mi corazón y dio un sentido y una dirección nuevos a mi existencia. Pero al mismo tiempo un encuentro que fue solo posible gracias a la comunidad de fe en la que viví y gracias a la cual encontré el acceso a la inteligencia de la Sagrada Escritura, a la vida nueva que como agua viva sale de Jesús a través de los Sacramentos, la fraternidad con todos al servicio de los pobres, imagen misma del Señor".

"Sin la Iglesia –créame-, no habría podido encontrar a Jesús, también siendo consciente del inmenso don que es la fe, está custodiado en los frágiles vasos de arcilla de nuestra humanidad", añade.

"Ahora, es precisamente a partir de aquí, que esta experiencia personal de fe vivida en la Iglesia en la que es un placer escuchar sus preguntas y buscar, junto a usted, el camino hacia las cuales podamos, quizá, comenzar a hacer un tramo del camino juntos. Perdóneme si no sigo paso por paso las argumentaciones que me propone en la edición del 7 de julio. Me parece mejor ir directo al corazón de sus consideraciones".

En respuesta a las preguntas sobre "¿Cómo se comporta la Iglesia ante los que no comparten la fe en Jesús y si el Dios de los cristianos perdona a quien no cree y no busca la fe?", el Papa explica que "hay que tener en cuenta -y es algo fundamental- que la misericordia de Dios no tiene límites si se le dirige con el corazón sincero y arrepentido; la cuestión para quien no cree en Dios es obedecer a su propia conciencia. El pecado, incluso para los que no tienen fe, se comete cuando se va contra la conciencia. Escucharla y obedecerla significa decidir ante lo que se percibe como el bien o como el mal. Y sobre esta decisión se juega la bondad o la maldad de cómo actuamos".

Sobre el tema de si es error o pecado creer que no existe "un absoluto" ni una verdad absoluta el Papa escribe: "La verdad, según la fe cristiana, es el amor de Dios por nosotros en Jesucristo y por tanto la verdad es una relación. Cada uno recibe la verdad y la expresa a partir de sí mismo, de su historia, de su cultura y de la situación en dónde vive".

Por otro lado, a la última pregunta sobre si "con la desaparición del hombre de la tierra, desaparecerá también el pensamiento capaz de pensar en Dios", Francisco responde que "la grandeza del hombre es poder pensar en Dios. Esto significa vivir una relación consciente y responsable con él. Pero la relación es entre dos realidades".

"Dios no depende de nuestro pensamiento... cuando termine la vida del hombre sobre la tierra... el hombre no terminará de existir y, en un modo que no sabemos, tampoco el universo creado con él".

Francisco se despide recordando a Scalfari que, "la Iglesia, créame, a pesar de todos los retrasos, errores, infidelidades y pecados que haya cometido y que todavía puedan cometer los que la componen, no tiene otro significado ni otro propósito que el de vivir y dar testimonio de Jesús".