9 de febrero de 2014 / 11:53 AM
Al finalizar el rezo del Ángelus dominical, el Papa Francisco recordó la Jornada Mundial del Enfermo, alentó a las familias que enfrentan esta realidad a no tener miedo de la fragilidad y recordó que "la dignidad de la persona jamás se reduce a sus facultades o capacidades, y no viene a menos cuando la misma persona es débil, inválida y necesitada de ayuda".
El Santo Padre recordó que en las familias "es normal ocuparse de quien está enfermo; pero a veces las situaciones pueden ser más difíciles… Muchos me escriben, y hoy quisiera asegurar una oración para todas estas familias, y les digo: ¡no tengan miedo de la fragilidad! ¡No tengan miedo de la fragilidad! Ayúdense unos a otros con amor, y sentirán la presencia consoladora de Dios".
El Papa explicó que el 11 de febrero, fiesta de la Virgen de Lourdes, se celebra la Jornada Mundial del Enfermo y "es la ocasión propicia para colocar a las personas enfermas al centro de la comunidad. Recen por ellas y con ellas, estarles cercanos".