En la parte conclusiva del mensaje que dirigió a un grupo de obispos norteamericanos en visita Ad Limina, el Papa Juan Pablo II expresó este jueves su simpatía y solidaridad con los numerosos sacerdotes fieles a su ministerio que se han visto maltratados por los defectos de una minoría.
El Papa pidió a los obispos norteamericanos que “ayudéis con decisión a vuestros hermanos sacerdotes, muchos de los cuales han sufrido profundamente por los errores de algunos ministros de la Iglesia a los que se ha dado tanta publicidad”.
Juan Pablo II manifestó luego su “gratitud personal por los servicios generosos y desinteresados que caracterizan la vida de tantos sacerdotes americanos, así como mi profundo aprecio por sus esfuerzos diarios para ser modelos de santidad y caridad pastoral en las comunidades cristianas confiadas a sus cuidados”.