El Papa Benedicto XVI aclaró que la Iglesia “no es y no pretende ser un agente político”, alentó la participación de generosos y valientes laicos cristianos en política, y advirtió la necesidad de resistir la “secularización interna” que afecta a la Iglesia.
El Pontífice llegó a la ciudad italiana de Verona, donde pronunció un discurso ante más de dos mil 700 personas –obispos, conferenciantes y delegados de todas las diócesis del país– que participan esta semana en el IV Congreso Eclesial Italiano, sobre el tema “Testigos de Jesús resucitado, esperanza del mundo”.
En su mensaje, el Papa se refirió a la responsabilidad civil y política de los católicos, tema que ha sido tratado en el Congreso, y recordó la conocida distinción entre lo que es del César y lo que es de Dios.