13 de marzo de 2008 / 09:47 AM
Que “este trágico acontecimiento sirva para reconstruir en la martirizada tierra de Irak un futuro de paz”, señaló el Papa Benedicto XVI en un telegrama enviado a los católicos iraquíes tras la muerte del Arzobispo caldeo de Mosul, Mons. Paulos Faraj Rahho, secuestrado el 29 de febrero pasado en Irak.
En el mensaje dirigido al Cardenal Emmanuel III Delly, Patriarca de Babilonia de los Caldeos, el Papa manifiesta su cercanía "a la Iglesia Caldea y a toda la comunidad cristiana" reafirmando su "deploración más decidida por un gesto de violencia inhumana que ofende la dignidad del ser humano y perjudica gravemente a la causa de la convivencia fraternal del amado pueblo iraquí".
Asimismo, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Padre Federico Lombardi, declaró a los periodistas que “todos seguíamos esperando y rezando por su liberación, como el Papa había pedido en distintas ocasiones en sus llamamientos.