El Arzobispo agrega que "el nombre de Pedro que Jesús impuso a Simón significa roca, piedra, palabras que la Biblia aplica a Dios y a Cristo, respectivamente" y sostiene que "la función primacial de Pedro y de sus sucesores es de una capital importancia para la Iglesia católica, extendida de Oriente a Occidente. Constituye un servicio muy valioso para toda la Iglesia y para cada una de las Iglesias diocesanas. El ministerio del sucesor de Pedro no es algo externo a cada diócesis; pertenece a la vida interna de cada Iglesia particular como condición esencial sin la cual no sería verdaderamente Iglesia Católica".
"El Papa, como Pedro, confirma a sus hermanos en la fe" y "el ministerio petrino ha hecho efectiva siempre, durante veinte siglos, la promesa de Jesús, incluso en las épocas oscuras de la historia de Roma y del pontificado. Resuenan las palabras de san Ambrosio: ‘Donde está Pedro, allí está la Iglesia’. Los cristianos, al unirse al Papa, según Newman -aquel anglicano que se convirtió al catolicismo y que está en proceso de beatificación-, descansan en la plenitud católica", afirma.
Mons. Martínez recuerda que "Benedicto XVI es el sucesor de Pedro que ejerce este servicio en bien de toda la Iglesia. Con su magisterio y su guía lúcidos y paternales confirma en la fe a los pastores y fieles de todo el Pueblo de Dios. Lo hace desde que hace ya más de dos años inició este ministerio".
