En el marco de una emotiva clausura de la Jornada Mundial de la Juventud, el Papa Benedicto XVI llamó a los jóvenes a fortalecer su identidad cristiana y dar de ella testimonio al mundo entero.
Durantesu homilía, el Pontífice afirmó que “en la Última Cena Jesucristo seentrega. ¿Qué está sucediendo? ¿Cómo Jesús puede repartir su Cuerpo ysu Sangre? Haciendo del pan su Cuerpo y del vino su Sangre, Él anticipa su muerte, la acepta en lo más íntimo y la transforma en una acción de amor.Lo que desde el exterior es violencia brutal, desde el interior setransforma en un acto de un amor que se entrega totalmente”.
“Este es, ahora, el acto central de transformación capaz de renovar verdaderamente el mundo:la violencia se transforma en amor y, por tanto, la muerte en vida.Dado que este acto convierte la muerte en amor, la muerte como tal estáya, desde su interior, superada; en ella está ya presente laresurrección. La muerte ha sido, por así decir, profundamente herida,tanto que, de ahora en adelante, no puede ser la última palabra”,precisó el Papa.