Dirigiéndose a los obispos de la provincia eclesiástica de Nueva York en visita “ad limina”, el Papa Juan Pablo II destacó “la gran responsabilidad de gobernar a los fieles”, y recordó las palabras pronunciadas durante la ordenación episcopal: “El episcopado es un servicio, no un honor y por tanto el obispo debe servir a los demás en vez dominarlos. Este es el precepto del Maestro”.
“Vuestra función inmediata como pastores –dijo- no puede aislarse de vuestra responsabilidad más amplia en la iglesia universal; como miembros del Colegio de Obispos ‘cum et sub Petro’ (con y bajo Pedro), de hecho compartís la solicitud por todo el pueblo de Dios”. El Santo Padre subrayó que la guía “es algo más que la mera ‘administración’ o el ejercicio organizativo; es un medio de construir el reino de Dios”, dando ejemplo y evangelizando a los fieles para que a su vez puedan evangelizar.
Juan Pablo II habló del “profundo afecto de los católicos americanos por el Sucesor de Pedro, así como su sensibilidad ante las necesidades de la Santa Sede y la Iglesia Universal”. “Estos sentimientos son fruto de la comunicación jerárquica que une a todos los miembros del colegio episcopal con el Papa” y “constituyen un recurso espiritual de primer orden para la renovación de la Iglesia en Estados Unidos”.