Al finalizar la audiencia general, el Papa Francisco exigió a los contendientes en la guerra de Siria un nuevo alto el fuego.
Tras "enfatizar y reiterar mi solidaridad con todas las víctimas del inhumano conflicto en Siria", el Obispo de Roma lanzó, "con sentido de urgencia", un "llamado implorando con todas mis fuerzas, a los responsables, para que tomen medidas para un alto el fuego inmediato. Que se imponga y respete al menos durante el tiempo necesario para evacuar a los civiles, especialmente a los niños que todavía siguen atrapados bajo los crueles bombardeos".
La última tregua pactada por Rusia y Estados Unidos e impuesta a los bandos enfrentados en Siria, se produjo entre el 12 y el 19 de septiembre. El alto el fuego alivió de manera especial a la población de la ciudad de Alepo, la ciudad más importante del país, donde se están produciendo los combates más encarnizados entre el ejército sirio leal al presidente Bashar al-Asad, y el conglomerado de fuerzas rebeldes.