1 de noviembre de 2010 / 09:28 AM
El Papa Benedicto XVI condenó enérgicamente el brutal ataque de fundamentalistas musulmanes contra los fieles que se reunían el sábado por la noche en la Catedral católica de rito Sirio en Bagdad, y que dejó un alto número de muertos y heridos, incluyendo dos sacerdotes, entre la perseguida minoría católica del país.
Durante la oración del Angelus de este lunes, el Pontífice rezó "por las víctimas de esta absurda violencia, tanto más feroz cuanto ha golpeado a personas inermes, recogidas en la casa de Dios, que es casa de amor y reconciliación".
"Expreso además mi afectuosa cercanía a la comunidad cristiana, nuevamente golpeada, y aliento a los pastores y fieles a ser fuertes y firmes en la esperanza".