30 de octubre de 2008 / 09:16 AM
Al recibir esta mañana a una delegación del International Jewish Committee on Interreligious Consultation, el Papa Benedicto XVI alentó el diálogo interreligioso con los judíos y recordó la centralidad de la declaración Nostra aetate, del Concilio Vaticano II que es esencial para las relaciones de la Iglesia con este pueblo.
Tras recordar que la Santa Sede "ha tenido durante más de 30 años contactos fructuosos y regulares que han contribuido a una mayor comprensión y aceptación entre católicos y judíos" con la mencionada institución, el Santo Padre reafirmó "el compromiso de la Iglesia para poner en práctica los principios establecidos en la declaración Nostra aetate del Concilio Vaticano II".
"Esa declaración –continuó– que condenaba firmemente cualquier forma de antisemitismo, representa una piedra angular en la larga historia de las relaciones entre católicos y judíos y una advertencia para una renovada comprensión teológica de las relaciones entre la Iglesia y el pueblo judío".