29 de agosto de 2005 / 10:24 AM
Al recibir las cartas credenciales del nuevo Embajador de Ecuador ante la Santa Sede, Francisco Salazar Alvarado, el Papa Benedicto XVI auguró que la profunda tradición católica de este país lleve a promover la transparencia y la honradez en la gestión pública.
El Pontífice recordó la visita que “siendo entonces Arzobispo de Munich y Freising, realicé a su país en el año 1978 para presidir, como Enviado Extraordinario, el III Congreso Mariano Nacional en Guayaquil”.
Luego, señaló que Ecuador ”se ve aquejado también por problemas de orden económico, social y político. La búsqueda de medios para resolverlos es una tarea ardua que requiere siempre la buena voluntad y la colaboración de todos los ciudadanos de los diferentes estratos sociales, sobre todo de los responsables de las diversas instancias políticas y socio-económicas”.