El Papa Francisco advirtió contra la tentación de una fe idolátrica, una fe que se quede en lo superficial, una fe 'milagrera', es decir, que sólo busca el milagro, una fe mágica, una fe inmadura puesta en las necesidades humanas y no en Dios.
Durante el rezo del Ángelus dominical este 1 de agosto, el Pontífice reflexionó sobre la reacción de la multitud que seguía a Jesús tras el milagro de la multiplicación de los panes y los peces.
Jesús se sube a una barca para dirigirse hacia Cafarnaúm y la gente lo sigue también desde unas embarcaciones.