Al recibir este jueves en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo al nuevo Embajador de Venezuela ante la Santa Sede, Iván Guillermo Rincón Urdaneta, el Papa Benedicto XVI pidió al gobierno de Hugo Chávez respetar el espacio de libertad de la Iglesia, porque el Estado no tiene “nada que temer” de ella.
El Pontífice inició su discurso con buenos augurios para el Presidente Hugo Chávez, así como “mis sinceros sentimientos de cercanía y afecto al pueblo venezolano, por el cual ruego al Todopoderoso para que, en la actual situación de su vida social y económica, busque con tesón las soluciones más idóneas para alcanzar metas cada vez más altas de justicia, solidaridad y progreso, según el espíritu cristiano que tanto ha contribuido a forjar la propia identidad nacional”.
“La Santa Sede –explicó el Papa– sigue muy de cerca los acontecimientos de esa querida 'tierra de gracia', y así lo ha puesto de manifiesto en numerosas ocasiones”.