"Amigos: Cada uno de nosotros es mucho más que sus rótulos, que la condena que nos impusieron. Así Jesús nos lo enseña e invita a creer", animó el Papa a los jóvenes y destacó que Jesús, con su mirada, "nos desafía a pedir y buscar ayuda para transitar los caminos de la superación".
"Hay veces que la murmuración parece ganar, pero no la crean, no la escuchen. Busquen y escuchen las voces que impulsan a mirar hacia delante y no las que los tiran abajo", aseguró y les animó a "abrir la ventana y mirar el horizonte. y cada vez que viene la polilla con el "no vas a poder" responde sí vas a poder".
También recordó que "la alegría y la esperanza del cristiano ―de todos nosotros, también del Papa― nace de haber experimentado alguna vez esta mirada de Dios que nos dice: vos sos parte de mi familia y no puedo dejarte a la intemperie, no puedo perderte en el camino, estoy aquí contigo. ¿Aquí? Sí, aquí".
E hizo referencia al testimonio de uno de los jóvenes del Centro de Cumplimiento. "Es haber sentido como lo compartiste vos, Luis, que en aquellos momentos que parecía que todo se había acabado algo te dijo: ¡No! Todo no ha terminado, porque tenés un propósito grande que te permite comprender que el Padre Dios estaba y está con todos nosotros y nos regala personas con las que caminar y ayudarnos a alcanzar nuevas metas", afirmó.