En la celebración ecuménica con miembros de diversas confesiones cristianas en la abadía de Westminster, el Papa Benedicto XVI alentó a los creyentes a ser fieles a la Palabra de Dios, a anunciar el Evangelio, con una "obediencia que debe estar libre de conformismo intelectual o acomodación fácil a las modas del momento".
Tras destacar las raíces cristianas de Gran Bretaña, el Santo Padre resaltó la figura de San Eduardo de Inglaterra, modelo de la "grandeza de una humildad y obediencia fundadas en el propio ejemplo de Cristo, la grandeza de una fidelidad que no duda en abrazar el misterio de la cruz por amor eterno al divino Maestro y la inquebrantable esperanza en sus promesas".
El Papa se refirió luego a los avances del diálogo ecuménico a través de la Conferencia de Edimburgo y señaló que actualmente los cristianos tienen el "desafío de proclamar con renovada convicción la realidad de nuestra reconciliación y liberación en Cristo, y proponer la verdad del Evangelio como la clave de un desarrollo humano auténtico e integral".